
¡Soy un triángulo! narra las diferentes situaciones que la pequeña forma —un triángulo, aunque el resto la vea como un círculo— tiene que vivir y cómo afronta cada una de ellas.
La protagonista nos acerca a algunas emociones (confusión, tristeza, enfadado, vergüenza, culpabilidad, tranquilidad, felicidad y miedo) y nos muestra qué siente con cada una de ellas.
Por tanto, es un recurso educativo para trabajar con niños mayores de 4 años que nos permite ahondar en ocho emociones e identificar cuándo las vivimos y qué sentimientos nos generan.
Por otra parte, también es muy útil para trabajar la empatía, ya que es fácil ponerse en el lugar de la pequeña y entenderla mejor.